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Moja en el grifo los morros de bacalao hasta que se deshaga la fina capa de hielo que recubre el producto. Aún congelados, utiliza un cuchillo bien afilado y córtalos a filetes muy delgados, disponlos cubriendo el fondo del plato y déjalos que se acaben de descongelar.
Prepara un aceite aromatizado añadiendo la albahaca a un aceite de oliva de baja graduación para que no resulte demasiado fuerte. Si quieres conseguir un aceite aromatizado más gustoso, prepáralo el día anterior.
Corta el tomate a dados y alíñalo con el aceite aromatizado y un poco de sal. Elimina el agua sobrante del bacalao y echa el tomate por encima, unas aceitunas negras y termina de aliñar con el aceite restante. Si quieres, decora el plato con alguna hierba fresca.
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